BicycleIzation

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domingo, 5 de agosto de 2018

La última caricia (Creepypasta)

Una niña de 10 años de edad que vive sola con su mamá, decide abrazar a esta misma y luego aproximarse hasta su cuarto, para irse a dormir como cualquier día. Sin embargo, esta chiquilla se encontraba muy bien, porque, cada vez que se acercaba la madrugada, podía sentir mientras “dormía”, como la mano de su madre le acariciaba suavemente y eso era algo que ella apreciaba, aun así, durara unos pocos segundos.

Al menos eso pensaba la niña cada noche, aunque en todo ese tiempo nunca le agradeció por ese gesto tan bonito y por otra razón, también decidía hacerse la dormida para no interrumpirla. Un día, la pequeña se acerca a su mamá que se encontraba en la sala viendo la televisión y le menciona lo agradecida que se encuentra por consentirla, acariciando su cabello horas antes de que amaneciera. Para su sorpresa, la madre se le queda mirando estupefacta y con una voz temblorosa le dice, que ella no se acercaba en la madrugada para acariciarla.

La niña se queda pensando en la respuesta de su madre, sorprendida y a su vez, un poco asustada. Así que en esa noche decide hacer lo que nunca hizo, levantarse en la madrugada. Cuando se acerca el momento y vuelve a sentir la caricia de aquella mano, se despierta, mientras abría los ojos lentamente. A simple vista, no se veía a nadie y la puerta de su habitación se encontraba cerrada. La pequeña también miró debajo de su cama y tampoco vio nada, pero había un lugar donde no llegó a ver antes, debido a la costumbre de dormir siempre de lado. Y ese lugar era el techo de su habitación, así que la chiquilla se dispuso a levantar su mirada y en ese instante, se puso a sollozar al ver a la criatura más horrenda y grotesca, donde este se encontraba adherido al techo como si fuera una masa de carne grisácea pegada a la misma, sólo le llegaba a sobresalir su cabeza deforme, que casi se podía distinguir sus rasgos faciales y ambos brazos muy largos, que le permitía llegar fácilmente hasta su cabeza para poder tocarla o peor aún, acariciarla.

La mamá cuando escuchó los gritos, se aproximó rápidamente al cuarto de la menor y ella, presa del pánico, empieza a gritar y a llorar al ver que su pequeña hija se encontraba en el piso junto a su propio charco de sangre y levantando la cabeza, la pobre madre observa un mensaje que estaba escrito en el techo con el propio fluido rojizo de la niña y en letras mayúsculas, que decía, "LA ULTIMA CARICIA".



Vídeo para escuchar la historia:


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